LAST DAYS: Todo ha quedado en silencio.
"Sucede que hay personas que nacen tan frágiles, tan vulnerables, que sencillamente no tienen armas para defenderse de la vida. Para ellas el mundo invariablemente representa un escarnio y una invasión, sugerente a veces, pateticona siempre."
Pablo Azócar en la novela "Natalia"
Blake escribe la letra de una canción y al hacerlo murmura, se distinguen sólo algunas palabras: Algo-perdido-en ninguna parte-donde nadie puede llegar o algo así. Esas líneas confusas sirven de resumen del argumento de Last Days, de la situación de Blake, ¿de los últimos días de Cobain?. Da lo mismo. Reducir la película a las símilitudes con el líder de Nirvana resulta tan mezquino e irrelevante como entender Elephant sólo como una recreación de la matanza de Columbine. En "Last Days" al igual que en "Elephant" Gus Van Sant hace coquetear a la ficción con el documental con el fin de mostrarnos cómo esta desconstruye, reconstruye,altera, se nutre, acentúa, moldea la realidad y como lo verídico supera cualquier ficción. Ambas cintas hablan de la fragilidad del individuo insertado en un mundo que lo sobrepasa y del angosto límite existente entre ella y la (auto)destrucción.
La mayoría de las peliculas de Gus Van Sant cuentan la historia de personajes en busca de algo, camino a. Pasajeros en tránsito. Los destinos varían: River Phoenix comienza y termina "Mi mundo privado" en una carretera. Matt Damon en "God Will Hunting" sale a cazar su identidad, su futuro y su pareja, convirtiéndose finalmente en "conductor en tránsito." Sean Connery se reconcilia con su pasado y ayuda a su alumno a encontrar su camino, en esa película que no recuerdo el nombre. (Suelo olvidar los nombres de las malas películas)
Ahora, con la menos conocida, pero impresionante "Gerry" (trata de dos amigos que se extravían en el desierto) Van Sant inaugura una inquietante trilogía (junto a "Elephant" y Last Days) de historias de individuos que también transitan, eso sí, esta vez rumbo a la nada, atrapados en dicha dirección.
En las tres, el tiempo se suspende, se relativiza. Las imágenes se congelan, las secuencias se intersectan o reiteran para dar circularidad. El silencio dice cosas, las palabras escasean y el director escoge narrar por medio de relatos paralelos: el acontecer de los diferentes alumnos de la escuela en ELEPHANT, el recorrido de Gerry alternado con el de su amigo y la majestuosidad del lugar en GERRY y si bien en LAST DAYS, la cámara se concentra en un sólo personaje, el músico, se podría decir que se alterna con la intromisión del mundo exterior a su casa. Dicha dualidad la voy a denominar INVASOR-INVADIDO.
En las tres cintas, estos resultan términos complementarios y reversibles, pues en "Elephant" el INVASOR es el sistema social-cultural que representa la escuela y los INVADIDOS la pareja de chicos que le disparan a sus compañeros. Está claro que se intercambian los roles. En "Gerry" Matt Damon y Casey Affleck, suponemos aparecen con la intención de conocer, recorrer, explorar el territorio desértico. Eso es invadirlo, sin embargo, al ser atrapado por el lugar con consecuencias irreparables, la situación se revierte. Pienso que esa película es en si misma una metáfora de todo lo dicho aquí.
En "Last Days" al INVASOR que desencadenó el camuflaje y la posterior rendición del INVADIDO no lo vemos (es tarea del espectador suponerlo), su acción está fuera de campo, en la vida pasada de Blake, quien sabe si en su mente. Vemos a la víctima que dejó el embate, aunque las categorías siguen siendo reversibles, puesto que Blake es invadido-invasor de sí mismo, de su equilibrio.
Jesús no quiere que sea un rayo de Sol
Los rayos de Sol no tienen nada que ver conmigo
No esperes que llore por falsas razones
Que han de morir
No me pidas eso.
No esperes que llore
No esperes que mienta
No esperes que muera de verdad
Kurt Cobain en "Jesús no quiere que sea un rayo de sol"
Como espectadores conocemos la guarida de Blake, acompañamos los últimos días de su completa desconexión, desafiliación, con el resto del mundo. No hay lucha. No hay gritos de auxilio. Sólo un cotidiano encierro en sí mismo, soledad y un abismante silencio. Por lo mismo su interacción con el mundo resulta inútil, puesto que no escucha o mejor dicho, está ausente, tal como escribió:"perdido en un lugar donde nadie puede llegar." Sólo pulula de forma autómata, por esto la llegada del señor de los avisos y de los religiosos están cargadas de ironía y sarcasmo. Notable, en ilustrar su incomunicación y desfase, resulta la secuencia en que enciende la tv y cae al suelo abatido, mientras se transmite un romántico tema de Boys II men y su accionar en la sala de ensayo filmado con un plano desde afuera, donde apenas se logra advertir su figura, a través de la ventana.
Un poco antes del final, Blake canta con desgarro frente a una silla vacía. La imposibilidad de relacionarse, comunicarse con el mundo se vuelve "groseramente" evidente. Advertimos que para el músico, las palabras hace mucho tiempo que se vaciaron de sentido, por tanto las desechó y se sumió en el silencio. En dicha condición, se ha vuelto un preso del mundo, de su vida, de su mente, de su casa, de su cuerpo, y cuando este deja de ser útil para
identificarlo, para sostenerlo, para transmitir sus emociones, para sentir, el paso lógico es desecharlo.
En las manos de Van Sant, la muerte es sinónimo de liberación total. Blake-Cobain, por fin encontró lo que buscaba y decidió seguir su camino. Jamás morir se pareció tanto a renacer.