"Match point": Woody Allen como D.T.
"Match point", la nueva película de Woody Allen, cuenta la historia de Chris Wilton ( Jonathan Rhys Meyers) un ex tenista profesional que, luego de dejar dicha actividad debido a que ya no alcanzará los niveles económicos ni profesionales de "un Agassi", intenta dejar definitivamente atrás su origen humilde vinculándose con los hijos de una familia rica e influyente que le abre las puertas de su hogar.
Dirigiendo las jugadas de Wilton, Allen toma un rol contemplativo y opta por una sofisticada pulcritud visual para retratar al grupo familiar de la clase alta londinense, donde aquel dicho de que "los ojos son el reflejo del alma" no corre.
En la cinta abundan los primeros planos a los bellos rostros de sus protagonistas, La cámara se detiene en sus ojos cristalinos, remarca sus facciones, para luego recorrer los espacios herméticos, elegantes y lujosos en los que estos se mueven. La fotografía se cubre con el blanco luminoso que resalta en el fondo de la mayoría de los cuadros, a pesar de que la honestidad y transpariencia no es su rasgo principal. Quizás, queriendo dejar claro que la suciedad o oscuridad del individuo está siempre oculta en su interior. Reforzando ese punto, advertimos que lo que se piensa de verdad no es enunciado nunca por los personajes, salvo mediante el exceso de alcohol.
A pesar de aquel retrato social solapado, el ojo del director no es crítico o enjuiciador sino sólo organizador de un partido que, en pos de lograr el truinfo, debe ser jugado con pericia y mente fría. Y le resulta: cada jugador cumple su rol a la perfección: Meyers como el chico encantador, pero ambicioso, Emily Mortimer como la chica dulce y conservadora de clase acomodada, luciéndose en un contrapunto con Scarlett Johanssonn como "femme fatale". Todos ellos siguen las claves de un guión que mezcla drama, romance y suspenso (escrito por Woody) y en el que no sobra ni falta nada.
En "Match Point" se nos quiere mostrar que la vida es un partido en el que se conjugan estrategia, azar, competitividad y ambición. Lo interesante que postula Allen, es que si en las relaciones humanas existentes, siempre hay ganadores y perdedores (eliminando todo término medio, cualquier truinfo moral) LA VIDA SE CONVIERTE EN UNA TRAGEDIA como las historias que se muestran en la ópera (constante soundtrack del filme). El hombre parece estar pre-determinado a un destino trágico en el que le tocará ponerse el vestuario de villano o héroe indistintamente; sin que aquello signifique una condena moral, pues son l
as reglas del juego y ningún ser humano está definido por esas polaridades. Notable, en ese sentido, es la secuencia en que en un sueño Wilton exorcisa su culpa.
Algunos, como Chris Wilton, lo tendrán más que claro y deberá tomar decisiones según su coveniencia, aunque si la vida es un juego, tal vez lo que más se necesite para vencer sea SUERTE.
"Tu ganaste o perdiste, pero jamás saliste derrotado" le aclara un ex colega del circuito con el que se encuentra en las calles londinenses. La capacidad de síntesis de Woody Allen, tanto en la delineación de los personajes como en la construcción del relato (mediante elipsis y fuera de campo) es uno de los puntos altos de esta película.
El punto de quiebre, el principal enemigo de los intereses de Wilton es él mismo, su lado más humano e instintivo: el sexo, el placer, la pasión. Lado proyectado en la figura de Nola Rice (Scarlet Johansson) Así, Allen retoma sus habituales referencias Freudianas, postulando que el hombre para tener por una pareja única, estable debe primero "asesinar" ese lado salvaje, reprimir su instinto animal para encarnar a lo que tradicionalmente en una sociedad entendemos por un sujeto exitoso y feliz. Sí, así de frío y racional.