martes, marzo 14, 2006

"Capote:" espejos, reflejos y retratos


"Capote" como saben o suponen, es la película que retrata los pormenores vividos por el escritor Truman Capote en el proceso creativo de su obra maestra: "A sangre fría".
Lo que quizás desconocen si aún no la han visto, es que por sobre las referencias biográficas, "Capote" es una cinta que aborda el tema de la identidad en toda su complejidad y lo hace por medio del viejo tópico del ser/ parecer como matriz de sentido.
¿Somos quienes parecemos ser? ¿Somos como creemos ser? ¿Las apariencias engañan? ¿El accionar define a quien lo hace? son preguntas que flotan a lo largo del filme y que se responden con diversos matices a medida que la historia avanza, ayudados por la perspectiva de cada espectador, pues no hay (y se agradece) en la mirada del director juicios moralizantes ni partidismos ciegos por alguno de los personajes que poblan el relato. Probable herencia de su experiencia como documentalista.
¿Quién era Truman Capote? seguramente es la pregunta que debió responder el director Bennett Miller al embarcarse en el proyecto. Lo mismo Philip Seymour Hoffman al aceptar encarnarlo. ¿un escritor genial? ¿un mimado miembro del jet set de la época? ¿un ser egocéntrico y ambicioso? Sin embargo, la película que ambos finalmente construyeron no se estructura a partir de su respuesta sino que vuelve a lanzar varias veces la pregunta para que los propios personajes, junto con el público, la respondan: ¿Quién es realmente Truman Capote? se pregunta Perry Smith (el asesino cuyo crimen da origen al libro) ¿Amigo? ¿Confesor que lo ayudará a redimirse? ¿Biográfo oportunista? Capote, a su vez se cuestiona quién es en realidad Perry para poder configurar su novela y qué verdadera importancia tiene su presencia en su vida.
De esta manera, a medida que la trama transcurre, cada vez se hace más delgada la línea que permite distinguir entre afectos verdaderos o falsos, entre juicios o prejuicios, entre motivaciones genuinas o mera ambición ególatra.
"Capote" se estructura a partir de una serie de espejos reflectantes de identidades, prejuicios y mentiras verdaderas. En este sentido, no es casual, que la cámara se detenga en el retrato dibujado del asesino (hecho por él mismo) en un momento en que se confiesa frente a Truman. Tampoco, que el principal recuerdo que este tiene de su primera víctima sea la manera en que sus ojos delataban el miedo y rechazo que sentía al creerlo un criminal de la peor calaña. Ni que la escena final muestre a Truman observando su propio retrato. (también dibujado por Perry)
Luego de ese momento, empiezan los créditos, así que desconocemos que pensó al verlo, pero es probable que se haya hecho mentalmente esta pregunta: ¿Quién es realmente Truman Capote?, es decir, ¿Quién soy? o ¿en qué me estoy convirtiendo?
Entonces, tanta interrogante le abre paso a la gran certeza sobre la que recae el desenlace del filme: en las personas ningún sentimiento es totalmente puro, pues siempre en la vida hay un momento en que se ponen en jaque los intereses propios versus el bienestar ajeno. Disyuntiva en la cual el hombre siempre pensará primero en su conveniencia.

3 Comments:

Blogger Coti Alonso said...

Exelente..!!!!

8:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Hola, amiga Consuelo¡ Está muy bueno tu blog, te invito a postear tus escritos en ATINA CHILE:
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4:24 p. m.  
Blogger Filos en Mundo de Sofía said...

Cuantas formas de ser seremos, y cuantas vidas y no vidas, o esas muertes repentinas tendremos antes de saber quien somos.

Muchos saludos.

Elva*

7:27 p. m.  

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