jueves, abril 06, 2006

SABINA EN EL ULTIMO ANDEN (CHILE)



COMO UN DOLOR DE MUELAS

Como si llegaran a buen puerto mis ansias,
como si hubiera donde hacerse fuerte,
como si hubiera por fin destino para mis pasos,
como si encontrara mi verdad primera,

como traerse al hoy cada mañana,
como un suspiro profundo y quedo,
como un dolor de muelas aliviado,

como lo imposible por fin hecho,
como si alguien de veras me quisiera,
como si al fin un buen poema me saliera...
una oración.

Como si la arena cantara en el desierto
los cantos de sirena del mar Muerto,
como si para crecer sobraran las escaleras,
como si escribiera un ciego un libro abierto.

Ven a poblar el zócalo de ojos,
siembra de migas de pan caliente
mis canas de alcanfor adolescente.

Ponle al sordo voz y alas al cojo,
bendice nuestro arroz, nuestro minuto,
como si no fuéramos cómplices del luto...
del corazón".

PECES DE CIUDAD

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.

que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.

ARENAS MOVEDIZAS

Mañana cuando era tan pequeño
por el Acantilado del Obispo caí
persiguiendo un pájaro sin dueño
y aterricé en un polvorín
de arenas movedizas
bajo un cielo de betún,
caracolas que agonizan
sin decir ni mu.

Cuando el gallo a sueldo de la madrugada,
llegó con su kikirikí,
desperté soñando que viajaba
desnudo con un maletín
de arenas movedizas
bajo un cielo de alquiler,
alfileres que agonizan
antes de nacer.

A mi cita fui pero el horizonte
se había cansado de esperar,
me llamó san Pedro por mi nombre
y no le quise contestar.

Y arenas movedizas
bajo un cielo de almidón,
paquebotes que aterrizan
sin pedir perdón.

Arenas movedizas
bajo un cielo regaliz,
ascensores que agonizan
por la cicatriz.

CALLE MELANCOLÍA

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.

Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.

Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.

Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.

Vivo en el númeor siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.

Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.

Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía

SIETE CRISANTEMOS

Si alguna vez he dado más de lo que tengo
me han dado algunas veces más de lo que doy,
se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio adonde voy.

A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado,
del calor de la lumbre del hogar me aburrí,
también en el infierno llueve sobre mojado,
lo sé porque he pasado más de una noche allí.
En busca de las siete llaves del misterio,
siete versos tristes para una canción,
siete crisantemos en el cementerio,
siete negros signos de interrogación.

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y muchas golondrinas huyen de la ciudad,
el asesino sabe más de amor que el poeta
y el cielo cada vez está más lejos del mar.

Lo bueno de los años es que curan heridas,
lo malo de los besos es que crean adicción;
ayer quiso matarme la mujer de mi vida,
apretaba el gatillo... cuando se despertó.

Con siete espinas de la flor del adulterio,
siete carreteras delante de mí,
siete crisantemos en el cementerio,
siete veces no... siete veces sí.

Me enamoro de todo, me conformo con nada;
un aroma, un abrazo, un pedazo de pan
y lo que buenamente me den por la Balada
de la Vida Privada... de Fulano de Tal.

Siete crisantemos en el cementerio,
siete despedidas en una estación,
siete crisantemos en el cementerio,
siete cardenales... en el corazón.

10 Comments:

Blogger Seba said...

se nota que escribes harto... era mucho ... muy largo... pero vi tu perfil y vi que te gustaban los heroes asi que visita mi blog chao ... espero que nos sigamos escribiendo

chao

12:52 p. m.  
Blogger Zarat said...

gran poeta y filosofo!!! viendo otro blog me he dado cuenat que es gusto de muchos, me incluyo pero solo de sus letras.......hay unos versos particulares que me gustan mucho "Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si te mueres porque el amor cuando no muere mata porque amores que matan nunnca mueren".........saludos =D

7:45 p. m.  
Blogger Coti Alonso said...

Exelente..
Todo un poeta músical

un abrazo
exito
coti

8:26 p. m.  
Blogger Patricyan said...

Descubro este poesia , cuentame un poco sobre el autor por favor.
Gracias

3:06 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bonita las letras de las canciones de Joaquin Sabina, amiga Consuelo, las favoritas mias de el son
"Y nos dieron las diez" y "Una de Romanos".

1:25 p. m.  
Blogger JC said...

Es raro leer las canciones, son obras distintas cuando están sin música, a veces hace falta el silencio para encontrar nuevamente el sentido. SIETE CRISANTEMOS es la mejor de estas tres que has dejado.
Saludos,
jc

12:46 a. m.  
Blogger Shaskametic said...

Sí, tal como dicen mas arriba es todo un poeta musical.
Sabina, tiene su cuento, toda su volá, su buena volá. Me encanta Llueve sobre Mojado con Fito Páez, es una de mis canciones favoritas. Ahora voy a bajar arenas movedizas.

11:17 p. m.  
Blogger Coti Alonso said...

Amiga mia..
Donde se metio que hace días que no escribe

un abrazo
exito
coti

11:20 p. m.  
Blogger Ale said...

De sobra sabes
que eres la primera
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera, por ti la vida entera.
Y sin embargo un rato cada día
ya ves
te engañaría con cualquiera
te cambiaría por cualquiera.
Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso
tú que tanto has besado tú
que me has enseñado
Sabes mejor que yo
que hasta los huesos
sólo calan los besos que no has dado
los labios del pecado.

Porque una casa sin ti es una embajada
el pasillo de un tren de madrugada
Un laberinto sin luz, ni vino tinto
un velo de alquitrán en la mirada.

Y me envenenan los besos que voy dando
y sin embargo cuando duermo sin ti
contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y sin embargo
cuando pido la llave de un hotel
y a medianoche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos
siempre es con otra, amor, nunca contigo
bien sabes lo que digo.

Porque una casa sin ti es una oficina
un teléfono ardiendo en la cabina
una palmera en el museo de cera
un éxodo de oscuras golondrinas.

Y me envenenan los besos que voy dando
y sin embargo cuando duermo sin ti,
contigo sueño.
Y con todas si duermes a mi lado
y si te vas, me voy por los tejados
como un gato sin dueño,
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.
Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
y baile sin orquesta
y ramos de rosas, con espinas
Pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes, al café del desayuno, vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio el pan de cada día.

Y me envenenan los besos que voy dando...



Aquí en Rosario hay un bar llamado Sabina; que además de ser un bar también tiene la particularidad de ser una invitación

11:32 p. m.  
Blogger Mauricio said...

Nada que decir. Sabina es Sabina y punto. Cuando Sabina canta, siéntate, sirve una copa de tinto y escucha.
Saludos

3:07 p. m.  

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