Freno de mano
Para tí.
Hoy, podríamos echarle la culpa al miedo,
al cansancio o a ambos.
Tal vez sólo deberíamos mirarnos a la cara,
sin detenernos en el reflejo que muestra de nosotros el espejo retrovisor
o frenar de golpe,
para que puedas observar desde una ubicación preferencial,
cómo esa parte que amas de mí
se desintegra al chocar con la acera.
Hoy, podríamos echarle la culpa al miedo,
al cansancio o a ambos.
Tal vez sólo deberíamos mirarnos a la cara,
sin detenernos en el reflejo que muestra de nosotros el espejo retrovisor
o frenar de golpe,
para que puedas observar desde una ubicación preferencial,
cómo esa parte que amas de mí
se desintegra al chocar con la acera.
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